Los metales tienen muchos campos de aplicación en el sector de la construcción, en la fabricación de utensilios, vehículos, monedas, armas, ornamentos, herramientas, entre muchísimos otros. Específicamente el acero es de los metales más utilizados, está conformado por una aleación de hierro y carbono y se encuentra disponible en el mercado en laminados que se tienen que someter a cortes para obtener los diferentes objetos que se deseen fabricar a partir de este material.
Existen varias opciones para cortar láminas de acero como son el corte con oxígeno, el corte con láser para metal, el corte con plasma y el corte con chorro de agua. Cada uno de estos métodos tiene sus propias peculiaridades y para elegir el que convenga en cada caso, se tienen que tomar en cuenta varios criterios.
El primero de ellos es el espesor de la placa de acero, el segundo los requerimientos de precisión en el corte y el tercero el costo y el nivel de productividad del método en cuestión. Además de estos criterios es necesario que conozcas las características de cada uno de los métodos y por ello a continuación te explicaremos brevemente en qué consisten y te hablaremos de sus ventajas.
El corte con oxígeno u oxicorte, mejor conocido como corte con soplete, es un método manual y utilizado desde la antigüedad. El soplete tiene la capacidad de cortar capas muy gruesas y funciona incluso para cortar placas con espesores de 36” o 48” sin mayor problema, pero para hacer cortes con formas resulta mucho más cómodo trabajar con placas de máximo 12” de espesor.
Idealmente este método se utiliza para cortar láminas de acero de al menos 1” de espesor. Si se trabaja correctamente y hay una buena cantidad de oxígeno, el soplete produce una superficie de corte suave y aunque es un proceso relativamente lento (se pueden cortar alrededor de 20” por minuto en placas de un espesor de 1”) en términos generales se obtienen muy buenos resultados.
El corte por plasma, por su lado, requiere de equipos costosos que necesitan de alimentación de energía, enfriador de agua, soporte de antorcha, regulador de gas, cables, mangueras de interconexión y antorchas. El corte por plasma es más rápido que el corte con soplete, pero no ofrece la misma calidad, sobre todo cuando se trata de cortar placas más delgadas que 1/4 de pulgada o más gruesas que 1 1/2 pulgadas. Para cortar placas de acero por plasma se pueden emplear varios sopletes al mismo tiempo para poder abastecer líneas de producción de alto volumen.
Por otro lado, el corte por chorro de agua ofrece una excelente exactitud, bordes suaves y el material no se deforma por el calor. La desventaja del corte por chorro de agua son los costos de operación pues además de que los equipos son costosos, la bomba que emplean para aumentar la presión del agua y los granos abrasivos que se necesitan para el corte, suponen gastos constantes. Esta opción es tan precisa como el corte láser del que hablaremos a continuación.
Para el corte láser se requieren de máquinas láser para metal, equipos ideales para cortar aceros de un espesor de hasta 1” ofreciendo resultados muy exactos. Este método corta el material gracias a la acción del láser que, enfocado en un área de la superficie, eleva su temperatura precalentándolo y finalmente quemándolo para que se produzca el corte. La velocidad del corte depende de las características del material y del tipo de diseño que se desee hacer y ofrece acabados limpios y cortes extremadamente exactos, incluso cuando se trata de hacer orificios muy pequeños.
El corte láser permite la automatización del proceso y si se trata de equipos de control numérico computarizado (CNC) se pueden cortar diseños bastante complejos que por otros medios resultaría prácticamente imposible conseguir. La automatización del proceso ahorra tiempo y esfuerzo humano, pues prácticamente no requieren de la intervención de una persona, tan sólo de una supervisión para asegurarse de que todo está funcionando correctamente.
Como mencionamos, la automatización de los procesos de corte en un equipo láser para metal se logra a través del CNC o control numérico por computadora. El CNC permite ingresar al equipo patrones de corte que envían al láser indicaciones precisas respecto hacia dónde deben moverse y a qué velocidad.
Hasta hace algunos años, la creencia de que utilizar un láser para hacer los cortes podía dañar los materiales estaba muy difundida, pero en realidad lo que ocurre es que el láser, que no es más que un haz de luz con mucha potencia, se concentra en un punto de la superficie ocasionando que por efecto de la energía térmica, el material se vaporice. Debido a que esto se da a altas velocidades, el calor se libera rápidamente y los riesgos de que el material se dañe o deforme por el calor, se anulan, claro que para ello es necesario saber utilizar el equipo correctamente.
Con toda la información anterior es más sencillo elegir el método de corte que convenga en cada caso. Partiendo de los criterios que mencionamos al inicio del artículo, espesor, precisión requerida y costo, podemos decir que si la placa de acero tiene un espesor igual o menor a 2mm y hasta 6.4 mm, el láser es la mejor opción y si se trata de placas de más de 8” el corte con oxígeno posiblemente sea la mejor alternativa.
Ahora bien, en cuanto a calidad y precisión el corte por chorro de agua y el láser, son los que ofrecen los mejores resultados, claro que esto depende del espesor del material. Por último, considerando la relación productividad y costo, si se requiere de una buena tasa de producción, el chorro de agua no será la mejor opción y si se cuenta con un presupuesto muy limitado el oxicorte será la mejor alternativa.
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